lunes, 16 de abril de 2018

Piquete

La calle es de la clase media. Y de los pobres que, con trabajo, creen o aspiran a serlo.
A las personas que no tienen trabajo y son pobres desde hace mucho se las identifica como la Clase Baja. La pobreza de las personas pobres siempre se arraiga en la periferia y solo llega a la gran ciudad en pequeños formatos de indigencia que la clase media (y la casi media) invisibilizan con una limosna o simplemente no mirando. Así las cosas, no hay pobres porque no los vemos, y todos sabemos que lo único que existe sin que lo veamos es Dios. La clase media sabe que los pobres son esa estadística que sale en las noticias de la noche y que aumenta o disminuye según quien la diga: para las personas que gobiernan siempre es menos que para las que quieren gobernar.
La clase media utiliza la calle para movilizarse y movilizar sus virtudes de clase media de un lugar a otro. Algunos van y vienen de sus trabajos, otros visitan parientes y otros reparten cosas para que la clase media compre porque es la que tiene el dinero para comprar. A la clase media le gusta mucho comprar porque por eso existe, para comprar. Por eso las calles de la clase media casi siempre son bien parecidas, con sus pisos bien arreglados y sus vidrieras llenas de colores para llamar la atención; en cambio las calles de los pobres son pobres, sin arreglos porque las personas que gobiernan están muy ocupadas arreglando cosas importantes y se olvidan de arreglarlas.
En ciertas ocasiones los pobres vienen al centro a decirles a las personas que gobiernan que ya no quieren ser pobres, algunos vienen gratis y otros vienen pagados por el organizador del evento. El organizador es siempre de clase media o casi media, pero necesita de los pobres, la clase baja, porque para eso son pobres, para ser usados por organizadores de eventos para que sus eventos tengan éxito y sus ganas de ser gobierno salgan en el noticiero de la noche. Los pobres de paso agregan su imagen a la estadística del noticiero de la noche aunque rara vez los comentarios se concentren en su condición de pobres, mas bien remarcan las feas costumbres de los pobres que desagradan a la clase media o casi media, como mostrar sus pobrezas y cortar las calles, dos cosas que irritan a la clase media porque les recuerda que para ser clase media debe haber clase baja y los responsabiliza de ello. De todas maneras la clase media concentra su irritación en el corte de calle porque detiene el vaivén de las cosas de la clase media y sabe que si no moviliza sus virtudes de clase media ni compra puede dejar de ser clase media, y eso es inaceptable.
Los eventos que la clase baja hace en territorio de clase media cortando las calles importantes se llaman piquetes. Si algún distraído es sorprendido en un piquete podrá pasar el tiempo mirando como las personas de clase media o casi media se ven ofuscadas y en general cierran el vidrio del auto para dejar afuera a la clase baja. También, si mira con atención, se suelen ver edificios de vidrio espejado que dan la espalda y miran de perfil con sus ojos de ventanas abiertas hacia el río. Adentro señores de clase media viajan por la web multiplicando dineros de clase alta.

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